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Novas de Espeleoloxía

Descubren nuevas pinturas rupestres en Sésamo y en una cueva desconocida

El joven investigador Feliciano Cadierno encuentra 20 figuras humanas en el interior de una caverna.

e. gancedo | león 26/10/2012

Una de las representaciones humanas de la bautizada como ‘cueva Rodolfo’, en el valle del Cúa, y una de las nuevas pinturas recién descubiertas en Sésamo.
Una de las representaciones humanas de la bautizada como ‘cueva Rodolfo’, en el valle del Cúa, y una de las nuevas pinturas recién descubiertas en Sésamo. f.c.

Las II Jornadas de Jóvenes Investigadores del Valle del Duero, que se celebran en el Museo de León hasta mañana, depararon ayer dos grandes sorpresas en lo que al patrimonio histórico de la provincia se refiere. Feliciano Cadierno Guerra, un buen conocedor de la zona de Vega de Espinareda al ser oriundo de ella, ofreció la ponencia Las pinturas rupestres de Sésamo: nuevos descubrimientos, y en ella detalló sendos hallazgos que añaden riqueza patrimonial y posibilidades de crecimiento a los lugares en los que se ubican.

En primer lugar, Cadierno, licenciado por la Universidad de León y actualmente cursando su doctorado en la Universidad de Valencia, se refirió al descubrimiento de 161 representaciones antiguas en Sésamo, en la conocida cueva de Peña Piñera, y que se añaden a las 351 ya conocidas en este lugar que es, como recordó Cadierno, «el tercer abrigo de arte rupestre más grande de la Comunidad».

Se trata de un tipo de arte esquemático de la Edad del Bronce en el que se aprecian dos figuras antropomórficas ejecutadas con gran sencillez. «Es como si las pintara un niño de tres años: un círculo para la cabeza y unos palos para el tronco y los brazos», explicó este investigador, quien también indicó que la mayor parte de estas representaciones ahora halladas corresponden a puntuaciones hechas con el dedo, manchas de color y zigzags. «Peña Piñera se investigó en el año 1982 y desde entonces ha sufrido numerosos actos vandálicos —denunció el historiador— y al menos tres imágenes han desaparecido completamente». Y es que Cadierno llama la atención sobre el hecho de lo grande que resulta esta caverna y su desprotección, que la ha convertido en pasto de vándalos y en lienzo para numerosísimas falsificaciones «a veces difíciles de reconocer, incluso para el ojo experto», advirtió.

Fruto de sus numerosas visitas a la cueva y de consultas al profesor José Luis Abello —quien analizó las pinturas de Sésamo en 1982—, Cadierno ha conseguido incrementar notablemente el catálogo de arte rupestre en este abrigo rocoso pero solicita rehacer y renovar aquel estudio para conocerlo mejor, así como «cerrar el acceso, cosa fácil dada su ubicación, y organizar visitas guiadas» con el fin de ponerlo en valor y que se alce en un verdadero activo turístico y económico para la comarca.

Por otro lado, Cadierno avanzó a este periódico que el pasado martes descubrió en la misma área una cueva, hasta ahora desconocida para la comunidad científica, con veinte figuras antropomórficas y otras representaciones que ya ha dado a conocer a las autoridades. Este experto estima su antigüedad en unos 4.000 años a. C., mientras que las de Sésamo abarcarían un amplio arco que va del 2000 al 5000 a.C. Marcas de frontera, signos de identidad o señales para rutas comerciales son algunas de las explicaciones que se dan para este tipo de arte.

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ARQUEOLOGÍA| La Cueva del Ángel, en Lucena

¿Un Atapuerca en Andalucía?

Vídeo: Madero Cubero

  • Los expertos sospechan que la Cueva del Angel alberga restos de homínidos
  • Se ha encontrado un fémur fosilizado que hace pensar que hay más
  • La investigación se encuentra paralizada desde hace cuatro años
  • La financiación de los trabajos está resuelta; es cuestión de permisos
  • Se ha constituido la fundación privada Cueva y Sima del Ángel

Rosa Jiménez | Córdoba

Actualizado domingo 16/09/2012 16:56 horas

La Cueva del Ángel, a la que algunos consideran ya la Catedral de la Prehistoria, podría convertirse en el yacimiento arqueológico más importante del mundo si finalmente se encontraran durante sus excavaciones restos de homínidos. Hasta la fecha la Sima de los Huesos de Atapuerca (Burgos) es el único yacimiento en el que se han hallado restos óseos de Neandertal pertenecientes a una treintena de cuerpos.

Lo que hace diferente a este yacimiento, situado en la sierra de Ara (Lucena), es su capacidad para explicar el comportamiento humano de hace 350.000 años. Según los estudios realizados desde 1995, fecha en la que comenzaron las excavaciones, los asentamientos que se produjeron en el entorno se mantuvieron durante miles de años.

Las primeras excavaciones sacaron a la luz una cueva a la que los primeros hombres posiblemente trasladarían a los animales cazados. Allí los despellejarían, los despedazarían, cortarían la carne y la prepararían para comerla, probablemente asándola.

En esta primera fase se encontró un pozo con relleno del Cuaternario, en el que se observaba gran cantidad de huesos de animales y de herramientas de piedra. La estratigrafía realizada en una profundidad de 6 metros arrojó un dato revelador: la existencia de un fuego continuo hace más de 200.000 años.

Según el arqueólogo y jefe de la excavación, Cecilio Barroso, se han encontrado más de 100.000 huesos de animales, todos están fracturados, lo que lleva a pensar que los primeros moradores del planeta comían también la médula para alimentarse. Barroso señala que a diferencia de Atapuerca en la que sólo se han encontrado huesos humanos, en la Cueva del Ángel hay comportamientos. Gracias a los restos hallados es posible conocer el tipo de clima en el que vivieron, la vegetación y los animales que existían en aquel momento.

Diferenciación de estancias

En 2008, año de las últimas excavaciones, se halló una nueva cueva en la que según los instrumentos encontrados llevó a los investigadores a pensar que se trataba del lugar en el que los homínidos vivían y dormían. Es decir, aparece por primera vez una diferenciación de las estancias de un hogar, un sitio para cocinar y otro para hacer vida y dormir.

Pero realmente el gran descubrimiento en la Cueva del Ángel fue el de un fémur fosilizado. La pieza fue encontrada por un espeleólogo en una gran grieta situada debajo de la segunda cueva, ambas conectadas por un agujero. Los arqueólogos sospechan que este agujero hacía las veces de vertedero y que a través de él se arrojaban los huesos y restos de los humanos que allí vivieron. Respecto al fémur encontrado, los expertos dicen que no hay una datación absoluta pero si se basan en el grado de fosilización y en la industria encontrada, la achelense, podríamos estar hablando de un pre-neandertal.

Cecilio Barroso afirma que si se llegasen a encontrar más restos humanos, el yacimiento de la Cueva del Ángel sería uno de los más importantes del mundo. Según sus estudios, calculan que a lo largo de 200.000 años, unos 8.000 homínidos pudieron vivir en la sierra de Ara, por lo que les extraña no haber encontrado ningún resto todavía.

La investigación está paralizada desde hace cuatro años debido a un problema administrativo de la Junta de Andalucía, explica Barroso. “Llevamos cuatro años pidiendo permisos sin recibir respuesta, nos ignoran”. No es un problema de financiación. Para ello se ha creado este mismo año la Fundación Privada Cueva del Ángel, con un presupuesto de 30.000 euros: “Tenemos el dinero, pero nos falta el permiso para seguir excavando”, comenta Barroso.

En la Cueva del Ángel se han encontrado más de 80 bifaces de sílex mientras que en Atapuerca sólo se ha hallado uno, el mundialmente conocido como Excalibur, explica el jefe de la excavación. Esto demuestra, afirma, que el potencial de este yacimiento es inabarcable.

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ESPACIO| Seis astronautas han convivido en una gruta de Cerdeña

Una semana en una cueva simulando una misión espacial

  • La entrenadora de astronautas de la ESA Loredana Bessone explica los experimentos que han realizado en la expedición CAVES 2012
  • El objetivo es simular las condiciones que se dan en un viaje al espacio

Teresa Guerrero | Madrid

Actualizado viernes 14/09/2012 16:49 horas

Lo primero que Loredana Bessone hizo tras salir de la gruta sarda en la que ha pasado los últimos seis días junto a seis astronautas fue disfrutar del aire fresco: “Se siente el olor de la tierra, de los árboles, del viento. Son olores excepcionales. No nos damos cuenta de los olores del mundo externo”, afirma tras pasar la primera noche fuera de la cueva en la que han llevado a cabo la expedición CAVES 2012.

Bessone, instructora de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA) con más de 20 años de experiencia, es también la ideadora de CAVES 2012, un programa de entrenamiento en el que se simulan algunas de las condiciones, ambientales y psicológicas, que se dan en una misión real al espacio.

Los pasadizos de la cueva están llenos de lagunas de aguas cristalinas. | ESALos pasadizos de la cueva están llenos de lagunas de aguas cristalinas. | ESA

En conversación telefónica con este diario desde Cerdeña, donde se ha llevado a cabo esta aventura de 12 días, Bessone relata que el equipo, compuesto por seis astronautas y otros tantos especialistas, tardaron alrededor de cinco horas en salir de la cueva. Hacia las 4 de la tarde de ayer jueves volvieron a ver la luz del sol: “Éramos muchos y teníamos que pasar por una serie de pasajes difíciles”, explica.

Se trata del tercer año que Bessone ha entrado en la cueva para guiar a los astronautas siguiendo este programa, que comenzó a fraguarse en 2006. El plan tiene una duración total de 12 días. Durante las primeras jornadas realizan un programa de entrenamiento intensivo para preparar la expedición y adquirir nociones básicas de espeleología. El viernes 7 de septiembre entraron en la cueva, donde permanecieron aislados hasta el jueves. Los dos últimos días, ya fuera de la cueva, los dedican a realizar los informes finales y a hacer balance de los resultados. La expedición CAVES (que en inglés significa ‘cuevas’ y es el acrónimo de ‘Cooperative Adventure for Valuing and Exercising human behaviour and performance Skills’) se ha llevado a cabo en un sistema de cuevas del Valle de Lanaitho, en el interior de la isla italiana.

Un ambiente extremo y extraño

Bessone se ocupó de que la expedición “fuera lo más parecida posible a una misión espacial” y de la dinámica de grupo. Tres personas estaban encargadas de velar por la seguridad en el interior de la gruta mientras que otros dos miembros del equipo se han encargado de documentar el trabajo realizado haciendo fotografías y grabando vídeos.

Para la especialista de la ESA, la parte más dura ha sido adaptarse a las condiciones de la cueva: “Lo decían los propios astronautas. Han hablado mucho de las similitudes con el ambiente espacial. Una de ellas es la adaptación a un ambiente extremo y extraño, porque la gruta no es un ambiente natural. No hay luz ni olores. Estaban muy aislados del exterior y no podían hablar con sus familias. Después de tres días, sobre todo, comienzas a sentirlo, también psicológicamente. Es un ambiente muy distinto al que cuesta adaptarse pero, al mismo tiempo, al cabo de unos días resulta muy extremo”.

El reducido espacio en el que han convivido esta semana, sumado a la ausencia de intimidad y a la reducida higiene (sólo disponían de mudas para cambiarse en días alternos) se suman a la ausencia de luz natural y a la incomunicación con el exterior. Durante los seis días han tenido que usar iluminación artificial, lo que altera el ciclo de día y noche y favorece trastornos de sueño.

Los astronautas tuvieron que aprender a hacer espeleología. | ESALos astronautas tuvieron que aprender a hacer espeleología. | ESA

Búsqueda de nuevas formas de vida

“La expedición ha ido muy bien. Los astronautas han explorado nuevas áreas de la gruta y han encontrado un par de especies muy interesantes que ahora analizarán los científicos”, afirma. También han buscado microorganismos, en colaboración con la Agencia Espacial Alemana, recogiendo nuevas muestras para completar el trabajo realizado el año anterior.

Precisamente la búsqueda de nuevas formas de vida en el inhóspito ambiente de la cueva era uno de los objetivos de CAVES 2012. Ahora serán los biólogos los que analicen las muestras de animales y de bacterias que han recogido durante estos seis días. Y es que al igual que ocurre en el espacio, los integrantes del equipo han realizado experimentos científicos durante su estancia.

Recogiendo muestras en la cueva. | ESARecogiendo muestras en la cueva. | ESA

“Es muy importante que al menos vaya un astronauta con experiencia de vuelo porque transmite a los nuevos astronautas sus experiencias y las similitudes con un vuelo espacial, que son muchas”, explica. En este caso, la ‘tripulación’ estaba compuesta por tres astronautas con una gran experiencia: Michael Fincke, de la NASA, uno de los hombres que más tiempo ha vivido en el espacio (382 días, durante los cuales pasó 48 horas realizando actividades fuera de la Estación Espacial Internacional); Andrew Feustel, también de la agencia estadounidense, que ha viajado dos veces al espacio, una de ellas con Fincke como compañero. Por su parte, el japonés Soichi Noguchi es uno de los astronautas nipones más veteranos (ha pasado 177 días en el espacio).

Los tres miembros del equipo que no han ido aún al espacio son el danés Andreas Mogensen, de la ESA; David Saint-Jacques, de la Agencia Espacial Canadiense y Nikolai Tikhonov, de la rusa Roscosmos.

“Para mí no es un experimento sino un programa de entrenamiento. Lo importante es que aprenden, sobre todo los que aún no tienen experiencia en el espacio, a gestionar las dinámicas de grupo, esperando que pueden surgir problemas que pueden afectar a su trabajo. Los astronautas con experiencia han dado continuamente consejos a los más jóvenes y les han indicado cuáles eran las analogías con los vuelos espaciales. Para aquellos que irán al espacio, es una oportunidad para prepararse mejor”, afirma.

Un sistema de comunicación español

Durante su estancia, los astronautas han probado también un nuevo sistema de comunicación (TEDRA) que ha sido desarrollado en colaboración con la Universidad de Zaragoza. Se trata de un sistema de radiocomunicación subterráneo inalámbrico digital que, al no necesitar cables de conexión y permite una gran autonomía.

Sus características permiten utilizarlo en estudios geológicos, explotaciones mineras o exploraciones deportivas de cuevas: “Los resultados han sido muy positivos. Es un sistema excepcional para espeleólogos porque permite comunicarse desde dentro de la gruta con el exterior sin cables. Cambia por completo la vida del espeleólogo”, asegura. “Cada ambiente tiene un sistema de comunicación propio”.

Asimismo, durante la expedición del año pasado instalaron en un punto clave de la gruta una estación meteorológica, que mide la temperatura, la humedad y la dirección y velocidad del viento y que les está permitiendo investigar el ambiente en la caverna durante todo el año. También se ha controlado la calidad del agua.

Los seis astroautas en uno de los lagos de la gruta. | Agencia Espacial Europea (ESA)Los seis astroautas en uno de los lagos de la gruta. | Agencia Espacial Europea (ESA)

Bessone elogia el trabajo de los astronautas, pues asegura que la exploración ha presentado muchos retos: “No ha sido fácil pero estamos muy contentos con los resultados”, resume.

Según la entrenadora, durante la estancia no han surgido conflictos destacados, aunque “siempre surgen discrepancias sobre el modo de hacer algunas cosas. Lo más importante es que durante el curso, han seguido las dinámicas de grupo para aprender de los errores del día anterior y lo han hecho a la perfección”.

Tras disfrutar de sus primeros alimentos frescos de la semana [en la cueva sólo han tomado comida preparada como la que se consume en el espacio], la primera noche fuera de la gruta la pasaron en el mismo refugio en el que durmieron durante la fase de entrenamiento previo. Mañana sábado, los astronautas abandonarán la isla italiana, con la que esperanza de que se les asigne próximamente una misión al espacio.

Descubiertas en Triacastela las primeras pinturas rupestres de Galicia

Los trabajos arqueológicos desarrollados en la cueva de Eirós han propiciado el descubrimiento de los ‘primeros restos de arte parietal paleolítico’ del noroeste

Pinturas encrontradas en las cuevas de Tricastela

Los trabajos arqueológicos desarrollados en la cueva de Eirós, en Triacastela (Lugo), han propiciado el descubrimiento de los “primeros restos de arte parietal paleolítico” del noroeste, en forma “de pinturas y grabados rupestres”. El resultado de la investigación ha sido presentado esta mañana en Triacastela por el conselleiro de Cultura de la Xunta, Xesús Vázquez Abad, acompañado por el rector de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Juan Casares e integrantes del equipo responsable de los trabajos arqueológicos.

“Todavía estamos a la espera de confirmar las sólidas hipótesis presentadas con los resultados de pruebas como las de fecha radiocarbónica’, explicó el conselleiro, pero también recordó que ‘el excelente nivel científico del equipo multidisciplinar que se ocupa de las intervenciones arqueológicas, permitirá contar con información precisa y fiable”. Uno de los coordinadores de estas excavaciones, Arturo de Lombera, recordó que la principal implicación de este hallazgo arqueológico es el hecho de que se trata “de la primera cueva en todo el noroeste peninsular” donde se han encontrado este tipo de manifestaciones de arte rupestre paleolítico, dado que las más próximas están en el centro de Asturias y en la zona del Duero.

“Durante la campaña de excavaciones del año pasado encontramos indicios de lo que parecían pinturas y grabados en el interior de la Cova Eirós, por lo que, a lo largo de este año, estuvimos haciendo una serie de trabajos analíticos y estudios descriptivos para confirmar la presencia de arte rupestre prehistórico”, explicó Arturo de Lombera.

El investigador confirmó que la campaña de excavaciones continuará este año hasta el día 9 de septiembre, por lo que todavía quedan por delante tres semanas de trabajo, para seguir profundizando en el conocimiento del sector de la entrada y en el interior de la cavidad, donde aparecen los grabados, para buscar nuevos “vestigios arqueológicos relacionados con esas pinturas rupestres”.

Con respecto a los motivos de las pinturas encontradas en la Cova Eirós, el coordinador de las excavaciones reconoció que están muy difuminados, a causa del agua, el paso del tiempo o la formación de depósitos naturales de sedimentos que pueden tapar parte de las imágenes.

“Los motivos no son muy evidentes, ni tan característicos como los que estamos acostumbrados a ver en arte rupestre del Cantábrico”, aclaró, aunque los arqueólogos de la expedición, en la que participan catorce personas, han logrado documentar “líneas que dibujan motivos figurativos”, como segmentos o cabezas de animales. Los expertos también han apreciado la presencia de elementos “no figurativos”, como “signos de puntos o grabados reticulados”, que también “aparecen en el arte paleolítico de otras cuevas del Cantábrico”.

Las investigaciones que están desarrollando en el entorno de la Cova Eirós arqueólogos de las universidades de Santiago de Compostela y Rovira i Virgili (Tarragona) forman parte del proyecto ‘Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno en la cuenca media del Miño’.

Desde 2008 se han desarrollado, con la actual, cinco campañas de excavaciones en la cueva, y en la entrada ya se han localizado varios niveles de ocupación del Paleolítico Medio y Superior, con una antigüedad que oscila entre 35.000 y 85.000 años, así como restos de la Edad de Bronce y el medievo.

El director del proyecto es el historiador Ramón Fábregas, mientras que Arturo de Lombera y Xosé Pedro Rodríguez actúan como coordinadores de las investigaciones

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